6 Claves para Fomentar el Autocuidado en los Trabajadores

1. Comprender la Psicología del Cambio de Hábitos

La mayoría de los profesionales de seguridad e higiene provienen de formaciones técnicas como la ingeniería, donde se enfatiza el manejo de máquinas, procesos y sistemas de gestión, pero no necesariamente el cambio de comportamiento humano. El reto más significativo es transformar los hábitos inseguros que los trabajadores han mantenido durante décadas.

Para cambiar estos hábitos, es vital entender que el proceso es gradual y que las personas necesitan adoptar nuevos comportamientos por conciencia y no por impacto. La coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace es fundamental. Se recomienda a los líderes de seguridad comenzar por cambiar sus propios hábitos para poder guiar de manera efectiva a otros.

2. La Importancia de la Mentoría y el Apoyo

El proceso de cambio de hábitos puede ser solitario y desafiante. Muchos intentan hacerlo por su cuenta, basándose en tutoriales y recursos autodidactas. Sin embargo, contar con un mentor o un coach que ya haya pasado por el proceso puede acortar significativamente el tiempo y el esfuerzo necesarios. Al igual que aprender a surfear, donde un instructor puede acelerar el aprendizaje, un mentor en hábitos puede proporcionar atajos y estrategias eficaces.

Además, el entorno juega un papel crucial. Rodearse de personas que comparten los mismos objetivos de autocuidado puede proporcionar la motivación y el compromiso necesarios para mantener nuevos hábitos.

3. Evaluación y Diagnóstico Personalizado

Antes de implementar cambios, es esencial realizar un diagnóstico detallado. Esto incluye evaluar aspectos como la alimentación, el ejercicio físico, la gestión del estrés, el entorno y la administración del tiempo. Esta evaluación proporciona una “foto” del estado actual de una persona y permite desarrollar una hoja de ruta personalizada para la transformación de hábitos.

Utilizar técnicas como el biohacking y la neurociencia puede ayudar a identificar áreas de mejora y crear estrategias específicas para cada individuo. Por ejemplo, abordar primero la gestión del estrés puede liberar la energía necesaria para mejorar otros aspectos como la alimentación y el ejercicio físico.

4. Implementación Estratégica de Nuevos Hábitos

El cambio de hábitos debe ser gradual y estratégico. Intentar cambiar demasiados hábitos a la vez puede resultar abrumador y contraproducente. En cambio, es más efectivo introducir uno o dos hábitos nuevos, mantenerlos y luego añadir otros progresivamente. Por ejemplo, comenzar con el ejercicio físico y luego mejorar la alimentación y el descanso.

Un enfoque holístico y basado en la evidencia científica puede garantizar que los cambios sean sostenibles y beneficiosos a largo plazo. Pequeños ajustes, como modificar la exposición a la luz solar y el uso de lentes de sol, pueden tener un impacto significativo en la regulación de hormonas y la mejora del ciclo circadiano.

5. Reprogramación del Subconsciente

Las creencias subconscientes pueden ser un obstáculo importante para el cambio de hábitos. Creencias limitantes, como la necesidad de trabajar largas horas para tener éxito, pueden interferir con la adopción de hábitos saludables. La reprogramación del subconsciente mediante técnicas de psicología positiva y neurociencia puede ayudar a establecer nuevas creencias empoderadoras que faciliten el cambio de hábitos.

6. La Sinergia del Autocuidado en Equipo

El autocuidado no debe ser una responsabilidad individual aislada. Crear una cultura de autocuidado en el entorno laboral puede generar sinergias que beneficien a todos los trabajadores. Esto implica fomentar un ambiente de apoyo mutuo y rendición de cuentas, donde los empleados se motiven y supervisen entre sí para mantener hábitos saludables.

Además, la formación continua y las mentorías regulares pueden fortalecer la implementación de nuevos hábitos y asegurar que se mantengan a lo largo del tiempo.